jueves, 28 de abril de 2016

Encuentro del 25 de abril

Llegó una ola de frío a Buenos Aires, pero en El escribiente nos cobijamos con los textos que siguen trayendo nuestros talleristas.
Arrancamos el encuentro con La llegada, el segundo texto que presenta Valentín y con el que conmocionó a sus compañeras, quienes manifestaron haber estado expectantes durante todo el relato de un hombre que se creía un roble y que sin saberlo le coqueteaba a la muerte. Destacamos la idea de la muerte como llegada, el buen ritmo sostenido e in crescendo del relato y como supo, adelantándose a la consigna de Poe, mantener el suspenso y la unidad de efecto. Sólo le pedimos que oculte un poco ciertos indicios y que preste atención a los tiempos verbales. Continuamos con Flor, de Miriam, un poema en el que casi como un arte poética, el yo lírico disfruta un instante de alto goce estético. Valoramos la adjetivación y el uso de recursos retóricos varios como la metaforizaciòn, imágenes y oxímoron.
Creo que aquí hicimos la pausa breve, bien breve para el café y tranquilizar a nuestra querida Silvia que creía que le habían robado el auto y ya más tranquilos nos adentramos en el texto de Laura, su poema Frágil, que contó con el gusto de sus compañeras por la dulzura y la idea romántica de la fragilidad ante el ser amado, le pedimos que preste atención a las rimas que tiene dispersas por allí y la invitamos a leer poesía más contemporánea como Pizarnik, Bignozzi, etc.
Terminamos con Niño murguero, de Silvia, quien luego confesó que surgió después de ver los chicos baleados en la murga del bajo Flores. Un poema anclado en un epígrafe de Miguel Hernández que subversivamente la autora quiere incorporar al cuerpo del poema, así que estuvimos pensando alternativas con el espacio para que su inclusión sea armónica.

Para la próxima, solo tenemos tres textos, así que intentaremos analizar el poema pendiente de Poe, El cuervo, y de los compañeros:
-Tras las sombras, de Inés
-Al frasco, de Silvia
-Inmigrantes, de Valentín
¡Hasta el lunes, mis queridos!

martes, 19 de abril de 2016

Encuentro del 18: Maestro de maestros, Edgar Allan Poe.


La tarde prometía. El cielo se había puesto bien plomizo, una bruma comenzaba a invadirlo todo y en El escribiente nos aguardaba, a corazón latiente, el genial Edgar Allan Poe.
Las críticas no se hicieron esperar, los talleristas se robaban la palabra unos a otros, Poe había -una vez más- agitado el ambiente.
Silvia quiso enseguida vincular vida y obra, así que la interrumpí para pedirles -por esta vez- que evitáramos esa reducción porque me parece que el caso de Poe ha sido muy manoseado a este respecto y que este autor merece no ser leído solo como un torturado que escribía para exorcizar sus demonios. Sin soslayar que fue uno de los primeros en instaurar la figura del poeta maldito, que luego imitarán los franceses y las vanguardias, pero considerando que también ha escrito textos de un razonamiento lógico perfecto, como sus historias policiales o los paródicos en los que cuestionaba la forma de escritura de su época; desde estas ambas perspectivas,es que consideramos que su obra literaria va mucho más allá de su biografía.
Aclarado esto, tuvimos que coincidir con Silvia en que en varios de sus cuentos es difícil desvincular los aspectos psicológicos de sus personajes con la vida tormentosa del escritor. Ella destaca la función de las introducciones de sus cuentos en los que provoca o impacta al lector y nos trajo la etimología del nombre Valdemar que une tierra y mar, sólido y líquido. Ambas apreciaciones son consideradas por el aclamado teórico literario Roland Barthes, hecho que le remarco a Silvia tildándola de barthesiana (lo cito porque me permito estar orgullosa de mis talleristas, como en este caso, que de manera intuitiva, pero merced al recorrido realizado, pueden llegar al análisis de la talla del semiólogo francés. Al final linkearè los textos que también pondré en la página de Herramientas y más adelante ofreceré un punteo sintetizado de ellos). Nèlida también rescata el valor de las introducciones, la duda constante que deja en el lector acerca de su locura o cordura y se muestra encantada por lo que nombra como descripciones perfectas. Inés, por supuesto, hace hincapié en los aspectos más sórdidos de estos cuentos, en la temática del alcohol y alaba la permanencia de este autor que la había impactado en su adolescencia y unos cuantos añitos después vuelve a subyugarla con igual intensidad. También marca la importancia de la mirada, de los ojos que están presente en los tres textos y de manera tan importante en El corazón delator y en El gato negro, destacando la similitud de rechazo, de ocultamiento y de autodelación. Coincide con Silvia que el que más le gustó fue La verdad sobre el caso del señor Valdemar. Miriam, que también estaba muy movilizada y con ganas de participar, coincide varias veces con el análisis de sus compañeras y aporta una interesante lectura al cuestionar la existencia real del segundo gato, ¿no podría ser una alucinación del narrador a causa de su alcoholismo y culpa?, propone. Laura rescata la temática de la culpa, el orgullo y hace un análisis del campo semántico resaltando el uso de palabras como locura, perversión, aullido, noche, ansiedad, nervios, etc. y aporta también la relación con el inframundo que lleva implícita el nombre de Plutón. Valentín, que todavía se siente tímido para dar su opinión, no pudo dejar de reconocer que la lectura lo atrapó desde los primeros párrafos.
Luego les di un pantallazo veloz del contexto histórico en el que escribió Poe y  lo que significó y significa hoy en la literatura de los Estados Unidos, el inconmensurable abanico de influencias que ejerció en la época inmediatamente posterior a su vida y en todo el siglo XX, influencia que se mantiene aún en estos días, no solo en lo literario sino también en el cine, la pintura, las historietas, etc.
También les expliqué el concepto de unidad de efecto o impresión que él postulaba que tenia que tener el texto literario (unidad de tono, de extensión, de temática, desde la primera frase; concepto que desarrollaremos cuando analicemos El cuervo y La filosofía de la composición, en el que el mismo autor explica cómo compuso su poema más famoso) y cómo logró reunir con tan poco éxito de ventas sus mejores veinticinco cuentos en lo que tituló Tales of grotesque and arabescos. ¡Injusticias del mundo editorial!
Nos quedamos sin saber la opinión de Martín, porque faltó, pero lo invitamos a que nos la comparta vía mail y esto es solo una muestra de todo lo que se habló durante mas de una hora en el taller, motivo por el cual hicimos una pausa para el cafecito y luego la esperada consigna:

Escribir un texto narrativo a la manera de Poe, ya sea desde la temática o desde lo formal.
En el primer caso se puede trabajar los tópicos de la muerte, la locura y todos los espacios limbo, de frontera o duda que pueden suscitar. Para inspirarse pueden partir de hechos policiales truculentos acontecidos recientemente.
En el caso de trabajar elementos formales, se puede trabajar la idea de unidad de efecto, prestando atención al tono, la atmósfera, la apelación al lector (implicación/identificación), la presencia de imágenes (si hay una pluralidad sinestésica, mejor), el narrador en primera persona, el racconto (partir de un situación de enunciación actual y contar hacia atrás lo sucedido que explica el presente enunciativo del personaje narrador).

Para la próxima:
- Flor, de Miriam
- Niño murguero, de Silvia
- Frágil, de Laura
- La llegada, de Valentín

Aquí linkeo el texto de Barthes referido y un segundo texto en el que se intenta explicar el primero:
http://documents.mx/documents/roland-barthes-analisis-textual-de-un-cuento-de-edgar-poe.html
http://cultivoox.blogspot.com.ar/2011/04/roland-barthes-analisis-textual-de-un.html

¡Hasta el próximo lunes!

miércoles, 13 de abril de 2016

Encuentro del 11 de abril: ¡bautismo de letras!

Este fue un encuentro muy especial porque, como dijo Inès, fue la primera vez que todos los talleristas nuevos entregaron en su primera visita un texto para analizar.
Asì que pusimos manos a la obra y comenzamos con el texto de Miriam, Encuentro, en el que se describe de una manera emotiva un encuentro entre primos. Destacamos el buen ritmo alcanzado en tan breve texto y le sugerimos algunos cambios para evitar la reflexión explicita y circunscribirlo al ámbito ficcional: "que trabaje el lector", fue nuestra conclusión. Seguimos con Abrazo, de Laura, un cuento rico en imágenes visuales que lograron que "viéramos" lo que sucedía en él. Un final feliz y una atmósfera de romanticismo, en el sentido habitual del término y también por sus elementos que nos remontan al movimiento del siglo XIX (para saber màs sobre Romanticismo dejo esta info y un punteo de sus características màs sobresalientes). Continuamos con un texto de Inès, La señal de Batman, en el que fiel a su paleta de humor describe un suceso tragicómico. El cuento se encuentra enmarcado y por momentos logra hacernos sonreír, pero notamos que falta exagerar algunos rasgos para aumentar el efecto humorístico y describir un poco màs las situaciones en coordenadas espacio-temporales. Seguimos con el poema Linyera, de Martín, del que surgieron interpretaciones variadas, casi todas en torno a la figura del linyera. Yo lo leì casi como un arte poética, por la identificación entre el yo lírico y ese linyera, por la misión de búsqueda del poeta, de hurgar entre los desperdicios, de encontrar belleza donde los demás mortales no la ven. Un lectura ambiciosa para un texto principiante, pero bienvenido; por lo visto en El escribiente este año no andaremos con chiquitas. Terminamos con un poema de Valentìn, que ya en su título: Marina, lleva la marca de su interlocutor. El yo lìrico mantiene un diálogo interior con esa joven y su autor encontró recursos poéticos como metáforas, comparaciones y anàforas para expresarlo. Lo invitamos a que se anime a jugar màs con el espacio para incrementar los efectos sonoros.
Pero, como se ve, es un año que promete. La pausa del recreo fue mínima porque todos estaban ansiosos por pasar la maravillosa experiencia de la primera devolución grupal y, para tomar las palabras de Martín, creo que todos se fueron "pipones".
Antes de despedirlos, les pasè este curioso video acerca de curiosidades de Poe, con la intención de desvincular la figura tan conocida de su autor de su obra (lastiman los errores de ortografía que tiene y la estética -o su falta-, pero la idea era provocar y acercarnos de a poco a este genial escritor).


¡Hasta el lunes! ¡Edagar Allan Poe nos espera! ¡Escuchen los latidos de su corazón!

martes, 5 de abril de 2016

Inicio de la temporada 2016

Este año se hizo esperar el inicio, pero al fin retomamos los encuentros de
  El escribiente.
Fue una tarde conmovedora, de abrazos, apretones de manos y bienvenidas a los nuevos integrantes que se suman a la troupe.
Comenzamos con una ronda de presentación y luego les mostré un video con el adelanto de los autores que leeremos este año:

De manera tal que nuestro Programa 2016 queda así:

ABRIL          /          El gato negro, El corazón delator y La verdad sobre
                         el caso del señor Valdemar, de Edgar Alan Poe.
MAYO        /          Ala de criados y Terrenal, de Mauricio Kartun.
JUNIO        /          Selección de poemas de Raquel Fernández.
AGOSTO     /         Washington Square. La heredera, de Henry James.
SEPT.         /            Cuentos realistas x3: El tío Facundo, de Isidoro Blaisten.
                                                               El marica, de Abelardo Castillo.
                                                                              La vida y los malvones, de Ana María Shua.

OCTUBRE      /      Selección de poemas de Federico García Lorca 
                                   (de Un poeta en NY, Romancero gitano y Sonetos)

También será un año de muchos proyectos: la concurrencia al teatro para ver Terrenal, la visita de nuestra querida poeta Raquel Fernández, el intercambio con el taller de Estela Zanlungo y el más ambicioso de todos: la publicación especial de una antología con las producciones de estos cinco primeros años del taller. ¡Ojalá podamos concertarlos a todos!

Para calentar los motores, trabajamos con dos consignas.
La primera fue de hojeo de los libros que leeremos este año, transcripción de frases breves que nos hayan impactado y posterior incorporación de una de esas frases en un texto autorreferencial (autorretrato, autobiografía, anécdota personal, etc).
Felicito a los talleristas que se jugaron con la consigna y escribieron textos genuinos en los que se expusieron y con los que nos emocionaron y en los que aplicaron, consciente o inconscientemente, estrategias poéticas de enmascaramiento del yo, metaforización, simbolismos, diálogos, etc.
¡Auguro un buen y creativo año para estos escribientes!

La segunda consigna fue después del cafecito y consistió en la observación de diferentes frascos que habían traído con ese propósito:
Observamos tamaño, formas, colores, imaginamos que guardan habitualmente, usos raros que le podemos dar, dónde se guardan, dónde se pueden esconder, de quién lo esconderían, quién lo esconde y por qué, de dónde lo obtuvo, qué piensa hacer con el frasco, qué sucede si otra persona lo encuentra, qué pasa si se rompe o acaba el contenido, etc.
Luego contó cada uno cuál frasco le resulta significativo y por qué. Yo les conté cómo descarté para este año el cuento El frasquito, de Luis Guzman ¡y cómo lo incorporarè el año próximo! Y luego de todo esto llegó nuevamente el turno de escribir: una historia en la que un frasco sea de vital importancia.

Hicimos una lectura rápida de los primeros borradores y nos despedimos hasta el próximo lunes con los siguientes textos a leer:

-Encuentro, de Miriam
-Abrazo, de Laura
-La señal de Batman, de Inés
-Linyera, de Martín
-Marina, de Valentín

¡Nos vemos!