viernes, 16 de diciembre de 2016

Evaluación de fin de año

¡Qué buen año tuvimos en El escribiente!

Fue un ciclo de mucha estabilidad de asistencia de los talleristas y en el cual funcionaron muy bien las nuevas incorporaciones (ya les prometimos que a partir del año que viene les quitamos el mote de "nuevos"), destacándose la permanencia de Miriam y Valentín, que motorizaron al grupo y le dieron una nueva identidad. Lamentablemente Laura nos dejó a mediados de año por el cambio de día de los encuentros, pero promete volver el próximo. Y otro tanto, tal vez, pase con Martín.
Tuvimos un potente programa de lectura que pudimos cumplir en tiempo y forma, tal es así que el año que viene los talleristas quieren más lecturas. Resultó Poe ser muy movilizador y como dicen en la UBA se ejecutó "la maquinaria Poe": su presencia se mantuvo durante todo el año dando brío a todos los textos. También fue de gran aporte la presencia fuerte que tuvimos este año de materiales teóricos de crítica y análisis literario que le dieron más vuelo a las devoluciones y a las apreciaciones del propio trabajo de cada tallerista. Kartun nos ofreció su aparatología de montaje de obra, Raquel sus generosas palabras en su visita al taller, James no funcionó tanto como yo esperaba pero seguramente está horadando en las profundidades, los autores realistas contemporáneos aportaron lo suyo y terminamos con el archi-súper amado por Silvia (y también por nosotros) de García Lorca que logró, entre otras cosas, que Miriam escribiera un poema en el que brilló.
También cumplimos con nuestros proyectos extras de asistencia al teatro y otros eventos literarios y lo único que nos quedó en el tintero fue el intercambio con el taller de Estela y nuestra publicación que ya muy pronto verá la luz (eso si cumplen con la entrega en tiempo y forma de los textos y podemos abocarnos a la tarea titánica de armado de semejante libro).
Lo único que lamento fue que nuestra artesanal publicación anual salió con una errata en un texto de Valentín y con un error en el prólogo debido a su edición apurada por los tiempos que nos apremiaban. Tirón de orejas para prepararla con más anticipación el próximo año y fruto inesperado: a partir de ahora también saldrá la publicación nuestra en formato digital con el bonus de los textos leídos que siempre nos reclaman nuestros amigos asistentes a las Muestras.

Valentín tuvo un año espectacular y según sus propias palabras en 1948 había anotado en un cuadernito: "hoy empieza la aventura de escribir" y manifiesta que recién ahora está concretando holgadamente ese sueño y se siente poseedor de herramientas que le permiten hacerlo mejor. Piensa seguir escribiendo mucho más y reconoce tomar de la vida toda sus motivaciones para la escritura. Las chicas le agradecen haber aportado al taller la voz masculina y él propone para el próximo año la lectura de autores populares, moción que es alentada por sus compañeras, conformándose un listado de cantautores de rock, tango y folclore. Valentín le agradece al taller el hacerlo sentir vivo y mejor en su autoestima y sus compañeras le agradecen a él su presencia, lo envidian por su enorme producción y destacan la gran evolución que ha tenido en tan poco tiempo. Todas consideraciones en las que coincido plenamente.

Miriam es otra de las talleristas que más ha escrito en el año y destacamos en ella su disfrute frente a todas las actividades, sus lecturas cada vez más atentas y críticas, su facilidad para absorber las indicaciones y sus ganas de experimentación. Ella considera que debe seguir trabajando porque sabiamente se da cuenta de lo que le falta. Nosotros aspiramos a que también se de cuenta de lo que logró y del salto sustancial que hizo con su último poema. En narrativa, por otra parte, ya está pasando de la reflexión a la ficcionalización de sus relatos, con un mayor ahínco en la búsqueda de la belleza de la forma. Ella manifiesta queel taller le cambió el humor y que se siente muy cómoda aquí. Sus compañeros valoran su gran compromiso y el potencial que tiene y que esperamos siga explotando el próximo año.

A Inés, por primera vez, debemos reconocerle que estuvo menos productiva que otros años. Por ello la insto, con cierta severidad, a que no deje pintura ni sus otras actividades porque es una persona que funciona bien bajo presión y si tiene demasiado tiempo libre lo desperdicia. Sus compañeras saltan enseguida en su defensa hablando de lo poderoso de sus textos y destacan la luminosidad que tienen (y el humor), mal que le pese a su autora que prefiere seguir siendo una cultora del Thanatos. Obviamente, coincidimos que es una persona importante en el taller y que siempre se hace sentir mucho cuando está ausente. Ella remarca que no hizo nada, que no se esforzó, que estuvo muy dispersa y que solo escribió cuando se sintió inspirada. Sabemos que la escritura se trata más de esfuerzo que de inspiración, pero hay años que uno transita con más escucha que palabra, así que un poco la disculpamos y la dejamos que transite su (no tan bien recibido por ella) cambio, al tiempo que le auguramos bellísimos y claros textos (y pinturas) para el próximo año. Silvia le remarca que no tiene que obturar lo que quiere salir.

Nélida ha tenido un año muy difícil, de buscarse a sí misma, motivo por el cual ha estado más retraída y ensimismada, pero aun así ha podido mantener en este espacio que, reconoce, lo permitió conectarse con el mundo. Dice no reconocerse como escritora, sí como escribiente pero le han gustado, afortunadamente, viejos textos suyos que ha encontrado. De eso se trata, evidentemente, de (re) encontrarse. Le gustaron todos los autores vistos y propone más rusos para el próximo año y se autopropone tratar de escribir. Nosotros estamos seguros de que renacerá en textos muy interesantes que se deben estar ya gestando en su interior. Las chicas le remarcan que en lo poco que escribió este año ya se nota una escritura diferente: más fuerte, más comprometida. Y yo me alegro de que de a poco se está animando a sacarse el corset y a escribir sin tanto control. Así que nos preparamos para lo que se vendrá.

A Silvia hay que reconocerle que sigue tan apasionada como siempre en todo lo suyo y que es un motor para le grupo, destacándose este año por sus devoluciones muy críticas y concienzudas. De hecho, reclama el mismo rigor para sus textos. En poesía se nota el trabajo cuidado en cada verso y cómo busca el preciosismo en la expresión. Ella sorprende al grupo diciendo que se siente literariamente pobre y que intentará una poesía más cotidiana y menos lírica. Enseguida es cuestionada por esta decisión, dado el nivel alcanzado en su poesía. Yo estimo que es una búsqueda más y no está mal hacerlo, de hecho su oda al frasco podría estar en ese camino. Veremos que trae el próximo año. También creo que su poesía, por cantidad y estilo, ya está madura para ir pensando en un futuro libro, por lo cual le aconsejo una clínica de poesía. De todas maneras, son decisiones que se toman despacio. Mientras tanto, puede seguir incursionando en su interesante narrativa y realizando otras búsquedas poéticas. Para terminar y dado que le encantó el programa de lectura, reclama mayor cantidad y extensión de textos. Le explico que no es recomendable esa extensión en un taller de escritura, por lo que la invito (y a sus compañeros también) al futuro taller de lectura que daré en el que nos podremos dar esos gustos. Igual insiste con sus propuestas de lectura que, por ser tantas, las mandará por mail.

Satisfechos con la tarea cumplida, a pesar de los problemas de salud que tuvimos varios de nosotros, incluida esta coordinadora, nos despedimos hasta el próximo año que arrancará en marzo con una miniclínica de los textos seleccionados para su publicación.
¡Cuánto trabajo nos espera!

¡Por eso vamos hasta la parrilla a disfrutar de una rica choripaneada que ya está invadiendo con su aroma!

¡Salud y hasta el año que viene!