domingo, 3 de diciembre de 2017

Tiempo de evaluación (lunes y jueves)

Así evaluamos en cada uno de los grupos de escritura todo el trabajo del año

Grupo de los lunes

Considero que fue un año excelente para este grupo, de mucha producción y estabilidad. A pesar de que Matas y Giselle no pudieron continuar, el resto de grupo se mantuvo estable durante todo el año, con excelente puntualidad y muy buena asistencia. El ritmo de las devoluciones y el compromiso en las lecturas estuvo acorde a estas circunstancias.
Cumplimos con casi la totalidad del programa de lecturas. Solo nos quedó pendiente la visita de Laura Massolo por la dificultad en adquirir su libro. Pero esperamos que el año próximo pueda concretarse. El resto de los autores han sido muy provechosos, principalmente Rivera y Gusmán. Este último marcó un antes y un después en las producciones de estos talleristas.
Fue un año especial en el que le dedicamos mucha energía a la publicación del libro. Y aquí me detuve a tratar de entender junto ellos la resistencia y poco compromiso que observé en las etapas previas y posteriores a la publicación, ya que no tuve la respuesta esperada en las correcciones, intervenciones y posterior organización de la presentación, que se llevó a cabo gracias al estímulo que generó Leticia en el acompañamiento de esta actividad. Ellos aventuran que la concreción del sueño superó sus expectativas, que no lo veían factible y que solo siguieron adelante por mi insistencia. Fenómenos raros que se dan, parece. Sin embargo hay que destacar que brillaron en la presentación del libro y los vi felices y emocionados como nunca. Esperemos que esa experiencia sea el motor para que no descansen tanto en mí y se animen a organizar "solos" la presentación oficial en marzo o abril.
Analizadas estas cuestiones, hago el racconto de sus autoevaluaciones:

Tomó la palabra Inés que por primera vez en la historia de este taller confesó estar contenta con su producción poética, ya que la consideraba una asignatura pendiente. Luego, para no desacostumbrarnos, comenzó a criticarse respecto a lo protestona, negativa y vaga que estuvo. También manifestó su disgusto por los autores elegidos para el taller de lectura, motivo por el que lo abandonó. Dice no querer saber nada con las escrituras del yo y con entrometerse con la vida privada de los autores. Reconoció haber disfrutado de Rivera y EL farmer. Sus compañeros reconocen haber conocido su nueva paleta poética y valoran sus logros. Acordamos que si bien no tuvo una producción súper abundante como otros años, sí tuvo una producción sostenida y por primera vez con mucha corrección previa y posterior a las devoluciones. Esta nueva actitud frente a l proceso creativo, más la aparición en el último tiempo de la poesía, nos hace suponer que es un año de viraje en su producción y esperamos ansiosos sus nuevos textos el próximo año.
Continuó Leticia que consideró este año muy productivo para todos y ejemplificó con la salida del libro, un logro importantísimo que otros talleristas no nombraron en su evaluación. Leticia dice haber aprendido de todos su compañeros, sentir que sus textos se inclinan a lo nostálgico y no poder soportar los tres meses sin venir, ya que se afincó mucho al taller y su gente. Sus compañeros también valoran la rápida integración que tuvo con el grupo, cómo se comprometió como una más en la difusión del libro y cuánto valoran su presencia como generadora de una nueva energía. También valoran el crecimiento en sus textos y la abundante producción que trajo. Yo valoro cómo sus textos fueron virando de lo más reflexivo o autorreferencial a la literaturización y construcción de personajes. Comparto la idea de que Leticia es una gran observadora de la realidad y que genera a partr de imágenes sus textos. Su incorporación al taller ha sido altamente positiva y esperamos que el año próximo tenga tan buen año como este.
Le tocó el turno a Laura y manifestó que le gustó mucho leer teatro, a Pessoa y la lectura en general de autores que le resultaron inesperados. Planteó no poder cumplir con las consignas y la invité a que se deje conducir hacia el lado que la llevan, que no se resista y deje de lado el súper yo del cumplimiento, Las consignas deben ser un estímulo para la escritura, no una imposición. Lo mismo le sucede con cierta presión para escribir poesía, por lo que la invito a continuar con lo narrativo y seguir explorando en ese universo al que le puede sacer mucho jugo aún. Ella aclara que en el grupo se siente muy cómoda y que puede escribir cualquier cosa, pero que valora especialmente las poesías de sus compañeros. Estos la ven como una escritora en ciernes y le marcan lo descriptivo, ameno y profundo de sus textos. Por mi parte le agradezco las devoluciones comprometidas y muy ligadas al lenguaje que realiza encuentro a encuentro, creo que fue un año de experimentación para ella porque se permitió entregar textos variados en temática, forma y género. Nos han quedado textos en carpeta de ella y le auguro para el año que viene un año de mayor producción.
Miriam, por su parte, dijo que fue un año muy tumultuoso para el taller por la cantidad de trabajo y logros que hemos tenido. Destaca cuánto disfruta de cada lunes que, dice, espera con ansias. Confiesa frustrarse cuando no logra escribir y reconoce que la lectura de EL frasquito de Gusman le disparó otra forma de escribir y todos nos reímos al recordar su performance de lectura en la muestra del texto que da cuento de eso. Dice con agudeza que ese texto les abrió la cabeza a todos y que también disfrutó mucho El farmer porque la llevó a realizar una investigación histórica antes de escribir. Sus compañeros listan todos los cambios que se vieron en su escritura y el gran crecimiento que vieron año. Yo creo que para ella este ha sido un año inolvidable, de mucho disfrute y libertad con los textos y su propio proceso de escritura. Coincido con que Gusman la cambió, que Rivera la nutrió y que sus textos posteriores dan perfecta cuenta de su gran evolución.

Cuando le tocó hablar a Silvia dijo que se reconocía insoportable consigo misma porque está muy autoexigente. Dice que Pessoa le aportó mucho y que después de la resistencia inicial a Gusman fue un autor que la nutrió mucho también y que vio una ruptura en todos a partir de esa lectura. Reconoce que le cuesta leer teatro y escribir según las consignas porque está muy atravesada por lo social y ese fue su motor de escritura este año. Considera que el libro fue todo un logro que condensa el trabajo de muchos años y que se siente muy a gusto con el grupo, a punto tal de amar los lunes. EL crecimiento de todos la estimula. Sus compañeros notaron su gran trabajo en poesía de este año y valoran sus aportes en las devoluciones. Yo creo que fue un año de gran concentración de ella, tanto en sus poemas bien pulidos y en el trabajo en general, estuvo más ordenada con las devoluciones y se ve un estilo marcado y cuidado en sus producciones. Veremos con qué nos sorprende luego de su estancia veraniega que siempre es incentivadora de nuevos textos.

Luego, ante la ausencia de Nélida, leí la evaluación que mandó en la que destacaba su compromiso con el taller a pesar de sus viajes a los que consideró necesarios para su recuperación física y emocional. Reconoce una producción escasa pero más profunda y haber dado más atención a la lectura porque disfrutó mucho del taller de lectura de los sábados al que acudió con placer. Leí los comentarios halagüeños a sus compañeros y luego su observación a la exigencia que sintió por parte de la coordinación, por lo que me conmina a bajar un cambio ”por la salud de todos”. Se siente muy feliz de pertenecer a este grupo y acepta cualquier propuesta de lectura que haya y concluye con un pedido de más consignas grupales, que será tenido en cuenta. Sus compañeros destacan el crecimiento en su escritura que a pesar de su brevedad ganó en calidad. Resaltan el costado psicológico presente en sus textos y en el delicado manejo de la descripción. Yo creo que fue un año que se tomó a su ritmo, que planeó sobre la escritura en el sentido de dejarse llevar, disfrutar del juego, como hizo con los heterónimos, dejando de lado viejos corsets. Tal vez Gusmán la ayudó en esta liberación y el texto que escribió luego de su lectura da cuenta de eso. Evidentemente fue necesario y reparador transcurrir así este año.
Finalmente le llegó el año a Valentín que se definió como el peor alumno, a pesar de notar progreso en su propia escritura . Lamenta haber llegado tarde a la literatura pero dice estar muy cómodo y gustoso de darle en el taller el valor a la palabra, principalmente después de la lectura de Gusman. Sus compañeras le dicen que ven a otro Valentín en su poesía y se reconocen admiradoras de su nueva producción. Ven mucho crecimiento. Y si bien no perdió el costado social y combativo, también afloró el lado más lírico e intimista en sus versos. Observación a la que adhiero y considero que fue un año intenso de escritura para él. Batió todos los records con 25 textos presentados más cuatro que quedaron en carpeta. Extraño sus cuentos porque aportaban la mirada masculina sobre el mundo y la amistad, pero veo un trabajo muy interesante con la forma poética y valoro la reescritura atenta que realiza de cada poema. No comparto en absoluto su opinión de ser el peor alumno porque siempre está dispuesto a colaborar, a escribir, a revisar lo propio, a aportarle al otro. Así que de tarea le dejo leer a Fontanarrosa con la ilusión de nuevos textos narrativos por venir.

Pasados de hora, pero felices, nos despedimos hasta el próximo lunes que nos reuniremos para festejar el cierre de este fantástico año.


Grupo de los jueves

Me sorprendió durante el año la pronta cohesión que se estableció entre todos sus integrantes, con una asistencia casi perfecta de cada uno de ellos y un enorme entusiasmo desplegado en cada encuentro. Tanta buena energía dio fruto en una abundante producción y en devoluciones cada vez más ricas y exigentes, en las que se problematizaron diversas cuestiones teóricas y técnicas que debimos poner sobre el tapete. Hubo mucha experimentación y una muy marcada evolución en los escritos de cada integrante. Me sorprenden mucho, y gratamente, todas estas características inesperadas para un grupo recién conformado.
A lo largo del año se nutrieron con los autores leídos, aunque como tienen muchos deseos de seguir con sus propias experimentaciones, algunos como Cortázar o Melville no fueron explotados a fondo. En cambio Monterroso y Pessoa resultaron disparadores de una abultadísima producción. Pizarnik creo que va a ir horadándolos lentamente durante el siguiente año.
Nos quedó pendiente la visita de Massolo por la dificultad de adquirir su libro, pero concretaremos esto el año próximo. También nos debemos una salida teatral. Esperamos que pongan en cartelera en 2018 obras vinculadas con algunos de los autores de nuestros programas.
Finalmente, en la Muestra de Fin de Año brillaron de una manera especial y nuevamente aquí no parecieron novatos. Por suerte se logró una buen funcionamiento con el grupo de los lunes y ambos se enriquecieron con las actividades compartidas. Por eso cosecharon muchas alabanzas.

Y así es cómo se autoevaluaron ellos:

Gretel, una de las que más producciones presentó, dice estar muy contenta con el grupo y que el taller le sirvió mucho para descubrir cuán diferente se puede escribir. Ella viene de experiencias en otros talleres y valora la posibilidad que tiene en El escribiente de no ser encorsetada, agradece los aportes teóricos y disfruta el dejarse fluir de cada compañero y de ella misma. Se siente libre para traer cualquier tipo de texto. Yo le remarco su gran apertura a revisar lo escrito, cuán permeable es a repensar la escritura en función de las observaciones recibidas. Estoy segura de que ese pulido permanente que le hace a sus escritos la llevará a muy buen puerto. Sobresale, a lo Poe, en el golpe de efecto que busca en cada uno de sus textos. Todos disfrutamos de cómo nos sorprende siempre.
Sus compañeros, por su parte, la consideran ya una escritora con todas las letras, valoran mucho sus acertadas intervenciones y el manejo de herramientas técnicas y literarias. La incentivan a lanzarse más, a reconocer la calidad de su producción y a que traiga nuevos borradores. En fin, la invitan a arriesgarse y ella se muestra encantada.

Mirta tuvo una producción sostenida durante el año y ella, que dice haber venido al taller "para ver qué pasaba", se siente feliz de su nueva conexión con la escritura y de poder dejar de lado el Derecho. Reconoce que le gusta mucho leer, pero que le cuesta escribir, que le hacía falta este espacio para poder volver al ruedo. Siente que la heterogeneidad del grupo le aporta mucho. Yo creo que es muy curiosa, que disfruta de la experimentación y se permite transitar por diferentes géneros. Es muy analítica y va incorporando con mucha avidez todo lo que le brinda el taller.
Sus compañeros ven mucha evolución en su escritura y dicen disfrutar el hilo de tensión y el aire de extrañeza que muchas vences tiene. La reconocen como muy buena compañera y saben, porque lo  notan, que le gustan mucho los aportes que le dio este año el Taller de Lectura al que asiste los sábados y del que generosamente comparte textos o conceptualizaciones con su grupo de escritura.

Marcela le aporta el humor al grupo y tiene una lucidez y profundidad que va volcando más y más en sus textos. Dice que se siente muy sorprendida por todo lo que le suscitó el taller, lugar al que vino sin prejuicios y sin saber si iba a poder escribir o no, "vengo de foja cero". Dice que viene a jugar , que se siente muy bien y muy cómoda. Intuye que podría escribir escribir mejor aun y tiene muchos deseos de progresas en la escritura. Valora los autores leídos en el año y las escrituras de sus compañeros. Reconoce que le falta ahondar un poco en sus devoluciones. Estimo que el año próximo seguramente lo hará porque con tranquilidad va asimilando muchísimas herramientas. O, como dice ella misma: "construyo con la palabra y la palabra me construye".
Sus compañeros estiman que le aporta al grupo una visión diferente, que no parece que empezara de cero en la escritura literaria, que sus textos "los hacen volar". Todos están muy sorprendidos con su evolución y agradecidos por sus aportes a la buena dinámica del grupo. Y, por supuesto, le piden más textos.

Beto, el que más se resistió al taller durante todo el año, creo que fue el que más lo disfrutó. Dice que sigue buscando "el método" para escribir, pero a pesar de ello ve una evolución en su escritura, una mayor seguridad, dice tener algunas cosas más claras. Reconoce que las consignas le dieron tela para cortar y que está contento porque logró trabajar con autoconsignas. Se siente contenido en este espacio y desea más tiempo para escribir. Piensa que el grupo tiene mucha calidad literaria y descree de lo que él le puede aportar. Sus compañeros luego le rebatirán esto. Uno de sus mayores aportes, creo, es el de mostrar siempre el costado trasgresor, ya sea de las consignas, de las indicaciones, del lenguaje, de los géneros o de los temas.
El grupo rescata sus acertadas opiniones, su originalidad. Luego le piden que sea menos autoexigente, que baje las expectativas sobre lo que deben decir sus textos, para que estos puedan fluir más. Le agradecen sus devoluciones y lo incentivan a seguir escribiendo en las vacaciones.

Mariana fue la que más producciones presentó, algunas incluso quedaron en carpeta para el próximo año. Ella dice que le costó venir porque se sentía sapo de otro pozo, que se estuvo resistiendo, que tenía prejuicios para amoldarse. Luego empezó a sentir empatía con los compañeros y se sintió más anclada al taller. Piensa que le cuesta criticar a los compañeros y que mucho no aporta. Sus compañeros le agradecerán luego sus interpretaciones desde lo sensible. desde su otra mirada sobre la vida y la muerte. Reconoce rebelarse ante las indicaciones dadas por la coordinación o las devoluciones de los compañeros, pero que cada día las acepta más y se anima a la corrección de sus textos.
Los compañeros dicen que les cuesta separa a la persona de los escritos, ya que pone el corazón en cada uno de sus textos. Y si bien notaron algo de la resistencia a la crítica, por su parte la invitan a  que se de cuenta de la apertura que también tiene y le recuerdan cómo aceptó escribir algo diferente cuando se lo propusieron. Solo le piden que no se apure en las entregas, que pula sus textos, seguros de que saldrán aun mejores, ya que le remarcan la fuerza de sus personajes y la nota que le aporta lo autorreferencial.

Más que felices y luego de organizar el asadito que comeremos en casa de Mariana, agradecidos una vez más al gran Cacho por sus colaboraciones con el taller, nos despedimos hasta el festejo.



Así terminamos la semana de evaluaciones y un año de grandes logros y mucho crecimiento para todos y para el taller también.

 ¡Hasta el 2018, queridos talleristas de El escribiente!