martes, 18 de junio de 2013

Encuentro del 17 de junio

Fue un encuentro muy cálido en el que luego de departir sobre la particular manera de festejar Vanesa su cumpleaños -que bien podría servir como material para un cuento-, nos dedicamos a hacer nuestras devoluciones a los tres textos que nos convocaban.
Comenzamos con "Con algo de Idea", de Gabriela, una serie de poemas en la que trató la temática del amor/desamor de Vilariño, usando los recursos de la poeta uruguaya, aunque algo influenciada por Pizarnik, que parece seguir rondando nuestros encuentros. ¿Será porque su casa natal está tan cerca? ¿Nos olvidaremos de ella cuando el taller se traslade lejos de su zona de influencia? Ojalá que no. Seguimos con "Ay, bendito Dios", texto en el cual Vanesa resolvió con mucho ingenio y una pizca insoslayable de su humor la consigna de "Adelante, bondadoso colega". Quedó tan rico su texto en descripción, que le sugerí intercalarlo en un cuento, como el parlamento de un personaje, por ejemplo. Veremos si se anima. Finalizamos con la serie de poemas de Inés dedicados a Idea, en ellos vimos una construcción  más vilariñana, a medida que avanzaba la serie, y una temática que ronda la angustia existencial de ser (o no ser) en el amor del otro, aquí también percibimos algunos rasgos estilìsticos pizarnikianos.
Pausa etílica, con chocotorta, café, té o cigarrillo, según corresponda, y ¡a escribir con una consigna in situ!: observación y elección personal de reproducciones de pintores argentinos, Clorindo Testa, Antonio Seguí y otros, luego escritura de un texto a partir de la imagen seleccionada.

Y hablando de consignas, les pregunté a mis talleristas cómo iban con la consigna del trayecto y acordamos que para el segundo encuentro de julio yo les llevaré un mapa de la ciudad de Buenos Aires para que puedan en él replicar el trayecto elegido.
Recuerden que la consigna es para reactivar la creatividad y tiene que ver con el concepto de serendipia, que es la habilidad de encontrar algo cuando no se lo buscaba o cuando se buscaba otra cosa, esta ligado a los descubrimientos por casualidad, coincidencia o accidente. Es un buen motor para "desempantanar" nuestra imaginación. También asocio esta consigna al concepto de extrañamiento (ostranemia, según los rusos) que consistía en mirar lo cotidiano con otros ojos, como si se lo mirara por primera vez (con ojos de niño o de extraterrestre, si se prefiere esta imagen para captar mejor el concepto)
Entonces, la consigna es así:
1- Buscar un plano de alguna ciudad de cualquier lugar del mundo (excepto Buenos Aires), puede ser incluso una ciudad antigua. Lo importante aquí es que el plano tenga las coordenadas de letras y números (no las de altitud y longitud); en caso de no tenerlas, se la podrían incluso agregar ustedes.
2- Marcar en ese mapa un trayecto imaginario de entre 10 y 30 cuadras, desde un lugar donde supuestamente ustedes se hospedarían hasta un lugar al que quisieran ir a visitar. Dibujan ese trayecto en el plano y se fijan en qué coordenadas se desarrolla.
3- Luego reproducen ese trayecto (sin hacer trampa, a no ser que sea una zona que ponga en riesgo su seguridad) en el plano de la ciudad de Buenos Aires en las mismas coordenadas anteriores.
4- Un día de sol toman lapicera y cuaderno y se van a realizar ese recorrido, observando todo con extrañamiento y seguro la serendipia hará lo suyo ¡y cada uno encontrará algo muy especial y personal allí!

Los textos para nuestro próximo encuentro son los de la consigna de única letra inicial de Inés, Silvia y Gabriela. Y, si nos queda tiempo, "Pinos", de Silvia.




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