viernes, 5 de agosto de 2016

Encuentro del 4 de agosto: evaluaciòn

En nuestro nuevo horario de los martes, retomamos nuestros encuentros post vacaciones, con la ausencia de Laura y la demora de Valentín, ambos por cuestiones médicas. Así que en primer lugar les pedí disculpas a mis talleristas por las molestias ocasionadas con el cambio de horario y agradecí infinitamente los ajustes que hicieron para que pudiéramos todos continuar embarcados en El escribiente, principalmente a Laura que pospuso otra actividad que realizaba en el mismo horario.
Mientras esperábamos, y para reactivarnos después del descanso, empezamos con una consigna de escritura de presentación:
-Escribir un texto autobiográfico que se ajuste a uno de estos formatos:
a)el trailer de una película de acción
b)una serie correlativa de imágenes
c)una receta de cocina
d)un prospecto médico
Fue muy graciosa la resistencia a empezar escribiendo que pusieron, pero lentamente  comenzaron a hacerlo y con resultados muy alentadores. ¡No poco fue lo que nos reímos cuando le tocó a Inés el turno de leer sus producciones y Silvìa le descubrió el prospecto debajo de la carpeta!

Luego nos dedicamos a la postergada evaluación de mitad del año y el resultado fue altamente positivo; lo más destacado fue la incorporación de los nuevos talleristas que le dio un nuevo brío e identidad al taller.
Silvia se mostró muy entusiasta, como siempre, y agradecida por los nuevos compañeros, evaluó su mejoría para la construcción de metáforas y comentó cierta inquietud que siente al creer que tiene que elegir entre poesía o narrativa, ya que aún percibe que ciertos textos “necesitan” de la narrativa. Le recordé, entonces, que nada la obliga a esa elección; puede seguir cultivando ambos géneros, aunque sus compañeros y yo la reconozcamos más genuina (¿o cómoda?) en su paleta poética. A mí, particularmente, me siguen interesando mucho sus textos narrativos.
Nélida coincidió con Silvia en lo positivo de las nuevas incorporaciones y destacó cuánto le gustaron los autores de este año y el desafío de escribir imitándoles el estilo. Dijo que le sale más el relato, pero le hice notar que sus último textos fueron cuentos propiamente dichos, con un claro conflicto. Y todos coincidimos en que está en un profundo cambio interior y que ya se empieza a ver en su evolucionada escritura.
Siguió Miriam que muy contenta explicó cómo el taller le cambió el humor y cómo superó su sensación de inferioridad al encontrar un lugar en el grupo. Todos revalorizamos la importancia de la heterogeneidad en los grupos y le reconocimos, especialmente, un estilo propio de escritura que es nuevo en el taller. Yo le destaqué el brío con el que desde el comienzo encaró las actividades del taller y su consecuente rápida evolución.
Valentín, que fue el que más produjo en esta primera etapa, también dijo sentirse muy cómodo en el grupo y hallarse dividido entre lo poético y lo narrativo. Esperamos que siga cultivando los dos hasta ver para qué lado lo llevan las palabras. Le hicimos notar cuánto evolucionó en sus devoluciones críticas y cómo comenzó en el último mes  a hablar técnicamente para  tratar de explicar lo que intenta hacer en sus propios textos.
A Inés por primera vez le tuvimos que dar la razón con su “casi nada” y reconocer que, en esta primera etapa, su producción mermó, pero son los gajes del oficio. ¡Por eso le decíamos a Valentín que aprovechara su momento de gran producción! Obviamente ella se sintió conforme con Poe y los demás autores vistos y sus compañeros le hicieron notar que a pesar de pretender seguir escribiendo de manera netamente oscura, aparece luminosidad en sus relatos (en sus cuadros también), así que coincidimos en que está luminosa a pesar de querer seguir siendo oscura.
Martín reconoció haber tenido un cuatrimestre complicado lo que le generó tantas ausencias y discontinuidad en el trabajo. Los compañeros le recordaron que esa discontinuidad también entorpece el trabajo grupal ¡porque se quedan sin sus devoluciones! También expresó su dificultad para sentarse a delinear un cuento y cómo en una hora puede escribir once poemas. A todo le contestamos. “calma”, “om”, la escritura es lineal por eso necesita tiempo, organización, revisión. Lo invitamos a concurrir más regularmente y a sentarse con sus poemas y retrabajarlos. Tal vez escondido en esos once, hay un excelente poema que espera el alumbramiento de este padre comprometido.
Fue una pena que Laura no pudiera llegar para la evaluación e intentaremos en el próximo encuentro dedicarle unos minutos ya que es una presencia valiosa para el grupo.

Mientras que, al igual que los chicos de la escuela, mis talleristas juntaban sus cosas para irse porque se nos había hecho tarde, les dije que estaba muy contenta con el trabajo realizado hasta ahora, cómo veníamos cumpliendo con el programa, las actividades extras que realizamos como la concurrencia al teatro y al café literario, el análisis más profundo de herramientas literarias de la mano de Poe, Barthes y Kartun. También les mencioné todas las actividades que tenemos programada para la segunda etapa y reconocí que por primera vez en estos cinco años me atrasé con algunas devoluciones, cosa que no me reprocharon pero que espero no se vuelvan a repetir.

Muy jocosos y repartiéndose halagos y piropos se despidieron hasta el próximo martes en que tendremos la suerte de ser visitados por nuestra querida Raquel Fernández.

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