martes, 20 de septiembre de 2016

Encuentro del 23: Henry James y su novela Washington Square

Encuentro del 23 de agosto

Con la ausencia de Nélida que sigue disfrutando de las playas cálidas del Brasil, nos encontramos para compartir la lectura de Henry James (1843-1916).
Para ponernos en clima vimos fragmentos de dos películas en las que Hollywood llevó a escena esta novela.



Necesariamente nos tuvimos que remitir al contexto de producción de sus obras, dado que como postula Costa Picazo y otros críticos, James escribe desde una perspectiva europea, de mucha critica a su Estados Unidos de origen y en un momento en que la relación entre Europa y América era tanto de atracción como de repulsión. Por eso no es casual que el tema internacional esté tan presente en sus obras: el contacto entre el estadounidense y Europa, la idea del americano como bárbaro en contraposición con el refinamiento y la cultura del Viejo Mundo.
Recordamos que fue un neoyorquino educado en Ginebra, Paris, Londres y que enarboló la figura del hombre internacional, culto y refinado pero nunca dejó de ser un exiliado en ambos continentes.
Con esta introducción, nos abocamos de lleno a Washington Square, la novela que leímos, situada en frente de una plaza, en el mismo lugar que el autor vivió, aunque ambientada  unos treinta años antes.
Esta novela está presentada casi como un melodrama y lo más interesante es la forma de contarla antes que su contenido. Sin embargo, no deja de ser controversial la descripción de sus personajes. A Valentín le llamó la atención el padre de Katherine, al que calificó como un jugador de ajedrez. Inés se focalizó más en la relación padre-hija, siendo esta última la que no cumple con las expectativas de su progenitor. Miriam, compadecida de ella, dice que lo único que quería era agradarle al padre. Pero intuye que el narrador luego “explicará” por qué actuaron así los personajes (lo que nos da pie para hablar en el taller del multiperspectivismo jamesiano). Silvia, por su parte marca el desamor absoluto del padre y el abuso de poder que ejerce manejando el dinero. Comparamos la actitud de Katherine con la de Nora, el personaje de Ibsen, que fue mucho más radical en su actuación frente a los mandatos sociales.
Marcamos luego el viaje a Europa, con la idea de capitalizar los bienes culturales, más allá de la trama de la novela. De hecho, a mi particularmente me parece funcional, ya que luego de ese viaje, que se prolongó, Katherine vuelve más sabia: sobre el final del mismo descubre el desamor de su padre y al llegar a América descubrirá el desamor de Morris. Al finalizar la novela es una mujer más madura y segura de sí. Algunos críticos señalan que esta novela anticipa el tema de la literatura estadounidense: padres contra hijos, hijos contra padres.
Silvia me pregunta por qué incluí esta novela en el programa y les expliqué cómo James adelanta el multiperspectivimo y cómo bregaba por la autonomía de la realidad en el proceso creativo, anticipándose también al formalismo ruso y el estructuralismo.
Así que les insistí: lo más interesante de este autor es el tratamiento de los diferentes puntos de vista de la narración, por ello la consigna de escritura tiene que ver con eso:

Escribir un texto narrativo en el que aparezca más de una perspectiva del narrador. Pueden focalizar en más de un personaje, renarrando, adelantando, etc.