martes, 11 de octubre de 2016

Encuentro del 27: Realistas x3: Blaisten, Castillo y Shua

Para ponernos en clima, vimos este corto sobre el cuento de Abelardo. No se cuida mucho la estética, pero sirve para recordarnos el argumento.

Ya estábamos en condiciones de empezar a analizar “El marica”, el cuento de Castillo. Lo relacionamos con “La mamà de Ernesto”, otro de sus cuentos que leímos en años anteriores y que al parecer les gustó más a los talleristas. Vislumbramos en ellos el tema de la traición, de la amistad, de los códigos masculinos y valoramos aquí más la forma narrativa que el contenido.
Para mi sorpresa, decidieron pasar rápidamente al cuento de Ana María Shua, que fue el que más les gustó. Destacaron la verborragia de su protagonista, la utilización de un registro oral y coloquial muy logrado y la gran verosimilitud de la situación inicial, del personaje y de su historia. Aproveché para remarcarles cómo la situación de enunciación (la sesión de depilación) funciona como un leit motiv que permite un uso magistral del tiempo de la narración, que se verá permanentemente interrumpida por más de un tiempo pasado que irrumpen en ese presente. Las chicas destacaron la simbología del color de los malvones, la inadaptación de esos inmigrantes y el deseo de arraigar, como las plantas. También observaron la importancia de la figura de la madre que le permite a la narradora contar su propia vida en retrospectiva.
Para finalizar nos fuimos a Blaisten y su particular humor en “El tío Facundo” y esos personajes estereotipados que no se permiten el placer y solo lo harán cuando aparezca Facundo en sus vidas, por eso luego habrá que matarlo. Valorizamos aquí la estructura narrativa y yo les marqué (una vez más porque son duros de convencer) el uso diferenciado e irónico de los clisès y lugares comunes con los que Isidoro presenta a sus personajes. También recordamos los cuatro elementos que generar el humor: el absurdo (situación disparatada), la parodia (imitación burlesca, homenaje), la exageración (sobredimensionar) y la ironía (expresar burlonamente lo contrario de lo que se quiere comunicar). Notamos en este texto presente tres de estos elementos, pero no la parodia. Sin embargo, mientras tipeo este post, pienso en la forma elegida para ocultar el cadáver del tío Facundo y no puedo dejar de pensar en Poe, así que creo que este autor se divirtió de lo lindo creando este cuento y se permitió además, homenajear de esta manera al gran maestro del fantástico.
Para finalizar dos bellas consignas, que más que consignas son ejercicios para futuras escrituras:
1-      Definir personajes (y si se desea indagar en uno mismo también) a partir de lo que dicen, listando sus frases
2-      Transcribir un diálogo escuchado en la realidad lo más literal que se pueda y presentarlo junto con otro diálogo ficticio (La idea en el próximo encuentro es descubrir al verdadero).

Para la próxima, textos de los talleristas.


¡Nos vemos!